Mirada

“Mirada” busca evidenciar un rasgo social característico del siglo XXI: la sensación de vacío, la falta de rumbo, la soledad y una desmotivación general sobre la existencia, adoptada sin discriminación por los distintos estratos sociales. Se trata de un estado de pausa, de inercia, de suspensión com...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Audisio, Cecilia
Otros Autores: Gramet, Lucila
Formato: Trabajo final de grado Tesis de grado acceptedVersion
Lenguaje:Español
Publicado: 2021
Materias:
Acceso en línea:http://biblio.unvm.edu.ar/opac_css/index.php?lvl=cmspage&pageid=9&id_notice=40724
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description “Mirada” busca evidenciar un rasgo social característico del siglo XXI: la sensación de vacío, la falta de rumbo, la soledad y una desmotivación general sobre la existencia, adoptada sin discriminación por los distintos estratos sociales. Se trata de un estado de pausa, de inercia, de suspensión como resultado del advenimiento de la era informática y digital. Así lo describe Rocío Gordon: “La suspensión es una manera de confrontación con una época que parece haber perdido su propia mirada crítica.” La autora, también menciona el análisis de Julia Kristeva: “Nos encontramos con un nuevo orden económico, normalizador y pervertible dado gracias a las democracias postindustriales y postcomunistas que brindaron las condiciones para su formación y para la disolución de las grandes ideologías. Un orden que permite una robotización y un adormecimiento en diferentes niveles, pero sobre todo a nivel cultural. (...) es el estado de una sociedad desencantada que ha renunciado a la voluntad de ruptura y en la que la falta de utopías no es sólo la disolución de los sueños, sino también la perpetuación de una vigilia somnolienta y puntillista”. Se configura así un presente contemporáneo sin posibilidades, un tiempo que se pierde permanentemente, hecho de acciones reiteradas sin motivo más que sobrevivir. “El hábitat constituye un limbo insustancial que transitar, sin grandes sufrimientos, sin deseos más que sexuales, sin anhelos ni expectativas, atisbando el sin sentido de la vida”. La protagonista de este proyecto llega de a poco y casi sin darse cuenta a los límites de este estado, realizando acciones de manera robotizada o por medio de diálogos forzados, entrecortados y artificiales. Su relación con la realidad exterior en un primer momento es escasa, ya sea visual o sonora. Ella parece estar aislada de su entorno, pero a lo largo del cortometraje, percibe su presente de dos modos distintos: uno como lo descrito anteriormente, un tiempo que se escapa y al que sólo se responde con pasividad y finalmente, otro presente que se convierte en un ahora potencial, del que puede formar parte si modifica su actitud y percibe de otro modo su propia vida, dando a entender que el verdadero cambio empieza por ella. De tener un vacío constante, sin rumbos ni objetivos fijos pasa a simplemente percibir una realidad más consciente, participativa y con una actitud más humana y liberada de las ataduras de su propia época. Si hay algo que la protagonista jamás pierde es su actitud reflexiva frente, tanto a su entorno, como a su persona. Esa es su rebeldía ante lo impuesto, mostrar las grietas de la propia existencia. En el desanimado escenario, la curiosidad y la atracción halladas en otra persona, son factores que entran en juego con el fin de alterar esa cotidianeidad y encontrar nuevos sentidos y expectativas en el día a día. El interés por el otro, ayuda a la protagonista a identificarse y a sentirse acompañada, al menos imaginariamente, situación que la conduce a considerar un cambio en la monotonía de su vida. En torno a esta idea, Hayao Miyazaki afirma: "Me he vuelto escéptico de la regla no escrita de que sólo porque un chico y una chica aparecen en la misma película, un romance debe suceder, sino que quiero retratar una relación ligeramente diferente, donde los dos se inspiran mutuamente para vivir - Si soy capaz, entonces tal vez estaré más cerca de retratar una verdadera expresión de amor”. Esta historia se construye desde lo pequeño: la gestualidad, el lenguaje corporal y sobre todo los detalles. De a poco, se desarrolla un vínculo particular y discreto, donde prima lo indefinido entre ambos personajes, donde no hay certezas ni diálogos explícitos, si no que todo el interés permanece oculto, tanto de parte de Vera como de Iván. La no venturosa vida de la protagonista, le hace anhelar la de otras personas y la convierte en una observadora experta, que muchas veces ve lo desapercibido. Haciendo referencia al film Hoteles (2003), Hernán Sassi se refiere a los escapes cotidianos de esta manera: “(...) El personaje se encuentra simplemente sobrellevando una aciaga existencia en busca de algo que aligere el vacuo mundo que la contiene (...). Vera analiza los comportamientos de Iván a medida que crece su curiosidad hacia él, adopta una actitud de espía, como la contemplación de los registros en video de las cámaras de seguridad, que permiten una reproducción infinita de sus movimientos. Construye una imagen ideal de Iván en base a fragmentos, a imágenes recortadas de él, de su pasado, de su profesión, de sus gustos y demás datos que le permiten una cercanía engañosa con la realidad, un vínculo distorsionado. Vera es una persona capaz de imaginar mundos ideales, pero también imagina otras posibilidades en lo que refiere al vínculo con una realidad de la que es parte y se pregunta constantemente por su curso en la vida. Es consciente también de que hay un ahora, que ocurre, que genera temores, pero del que es parte y puede intervenir. Finalmente, cambia de actitud al actuar y dirigirse al museo donde Iván expone sus fotografías, siendo consciente del riesgo que significa. Allí se encuentra la sorpresa, lo inesperado que ofrece la vida: Iván, quien nunca emitió indicio alguno de interés por Vera, comparte esa cualidad con ella al fotografiarla durante su hospedaje en el hotel. En ese momento final se produce una alteración de roles entre los dos personajes pertenecientes a la narrativa del film: los ojos observados, se vuelven observadores. Vera experimenta el privilegio de ser mirada, justo cuando ella ni se lo imaginaba, convirtiendo un momento ordinario en algo impensado, significativo y valioso.--