Significado del pensamiento de Michele Federico Sciacca para el hombre de hoy

Este acto, uno de los más significativos de mi vida por el simbolismo y el sentido providencial que tiene para mí, trae a mi memoria la doctrina de Antonio Rosmini sobre la gratitud: "Este sentimiento nace del conocimiento que tiene el hombre de haber recibido los bienes, de haber sido benef...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Caturelli, Alberto
Formato: Artículo
Lenguaje:Español
Publicado: Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras 2022
Materias:
Acceso en línea:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/13762
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Descripción
Sumario:Este acto, uno de los más significativos de mi vida por el simbolismo y el sentido providencial que tiene para mí, trae a mi memoria la doctrina de Antonio Rosmini sobre la gratitud: "Este sentimiento nace del conocimiento que tiene el hombre de haber recibido los bienes, de haber sido beneficiado. Ahora, el recibir bienes no pone ninguna dignidad moral en quien los recibe; ( ) la dignidad moral está entera de parte de quien los da, siendo aquellos bienes objetivos para quien los produce y no para quien los recibe, respecto del cual son subjetivos": En efecto, aunque colmado por el honor y el bien subjetivo con el cual se me honra, la dignidad moral y el mérito pertenecen totalmente a quienes lo dan: los Padres Rosminianos, Michele Federico Sciacca, el gran ausente-presente y Dios mismo como dador de todo bien objetivo. Dos movimientos del ánimo produce la gratitud que llena mi corazón: Primero, "de estima y de amor hacia la dignidad moral de su benefactor, y este debe ser naturalmente un afecto alegre y lleno de gozo"; el segundo no es otro que "el sentido de un cierto pudor" por el bien recibido y que "se manifiesta en una humillación de sí mismo".1Pudor y saludable humillación, sentimiento de la propia nada y, a la vez, ánimo lleno de gozo, que me hace pedir a Dios lo mismo que pedía Rosmini: "Nadifícame en mí, tu Hijo sólo sea en mí, no sea más yo, nadifícame en mí".2Desde el abismo de la propia nadidad, emerge, pues, esta gratitud hacia los Padres rosminianos, hacia el maestro y amigo ausente-presente y hacia Dios como supremo dador de todo bien...