Tres miniaturas para piano : Cuatro minutos
Comencemos por los detalles -los divinos detalles, como se ha dicho-. El acto de tragar (o tragarse) resulta, en diversos temas conexos, directamente enunciado, narrado: por un lado, Jenny se traga una carta, la profesora intenta comerse parte de un expediente que la involucra con el nazismo; y, po...
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Formato: | Artículo artículo |
Lenguaje: | Español |
Publicado: |
Universidad de Buenos Aires. Facultad de Psicología. Instituto de Investigaciones Psicológicas. Departamento de Etica, Política y Tecnología
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Materias: | |
Acceso en línea: | https://www.aesthethika.org/IMG/pdf/16_Faig_Cuatro_minutos.pdf https://repositoriouba.sisbi.uba.ar/gsdl/cgi-bin/library.cgi?a=d&c=aest&d=7_2-7_2_16_html |
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Sumario: | Comencemos por los detalles -los divinos detalles, como se ha dicho-. El acto de tragar (o tragarse) resulta, en diversos temas conexos, directamente enunciado, narrado: por un lado, Jenny se traga una carta, la profesora intenta comerse parte de un expediente que la involucra con el nazismo; y, por otro, la cárcel “traga” a la gente. De allí resultan varias escenas referidas a peceras (pecera=prisión, siguiendo la vía simbolista, en el sentido literario o plástico, del arte alemán que, como veremos, está muy presente en el film): la que vacían sobre el piano, asimismo otra escena en la que la profesora alimenta a los peces, y también los dos pescados que el Director de la prisión tira a la basura. Y, por supuesto, la escena en que Jenny rebota contra el vidrio del hospital. Está en la “pecera”; lo sabe, pero no lo admite. |
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