La desconfianza en la moneda nacional: la inflación y el aprendizaje sociológico

La inflación se caracteriza por el aumento sostenido en el nivel general de precios, cuyas características fundamentales son la persistencia en el tiempo y la generalidad. Una de las formas de medirla, es mediante el índice de precios al consumidor (IPC), que en nuestro país elabora el INDEC. El IPC...

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Autor principal: Spirito, Christian Emmanuel
Publicado: 2014
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Acceso en línea:http://bibliotecadigital.econ.uba.ar/econ/collection/tpos/document/1502-1264_SpiritoCE
http://repositoriouba.sisbi.uba.ar/gsdl/cgi-bin/library.cgi?a=d&c=tpos&d=1502-1264_SpiritoCE_oai
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description La inflación se caracteriza por el aumento sostenido en el nivel general de precios, cuyas características fundamentales son la persistencia en el tiempo y la generalidad. Una de las formas de medirla, es mediante el índice de precios al consumidor (IPC), que en nuestro país elabora el INDEC. El IPC mide la variación de precios a través del tiempo, de un conjunto fijo (canasta) de bienes y servicios que representan el consumo de una población en un área geográfica determinada. Keynes sostenía que la moneda no tenía más importancia que por lo que permitía adquirir. Así, una modificación de la unidad monetaria que se aplica uniformemente y afecta a todas las transacciones de una misma manera no tiene consecuencias. Sin embargo, la modificación del valor de la moneda, es decir, un cambio del nivel de precios, importa a la sociedad en el momento en que su incidencia se manifiesta de manera desigual. O sea, alterando los precios relativos. La objeción que con más frecuencia se hace a la inflación es que efectúa una redistribución injusta de la renta y las riquezas. Los que perciben ingresos fijos en su valor nominal (intereses, pago de seguro social, pensiones, etc.), son los más perjudicados. Otra consecuencia negativa de este flagelo es que desestimula al ahorro, es decir, que las expectativas de una posible inflación originan un aumento en el consumo o una baja del ahorro en moneda local. En los últimos años de la década de los ’80 como en casi toda la segunda mitad del siglo XX, la preocupación principal de los economistas argentinos como del público en general era la inflación. El aumento sostenido de precios forma parte de la realidad económica Argentina desde mediados de los años 40, con varios períodos de elevada inflación a tasas superiores al 100% anual y también con intervalos de estabilidad relativa –algunos bastantes prolongados. También existieron períodos con situaciones hiperinflacionarias, particularmente en los años 1989 y 1990, cuando los índices anuales de variación de precios superaron el 1.000%. La economía Argentina comenzó un nuevo ciclo económico en 1998, cuando ya se podían percibir claros signos de su deterioro, ingresando en una etapa de características recesivas. Ésta concluyó en el 2002 con el fin de la convertibilidad, medida adoptada en 1991 para controlar la hiperinflación previamente nombrada en ese período. La segunda etapa, que denominaremos expansiva, se extiende hasta el año 2007, en donde se puede ver un incremento notable de la utilización de la capacidad productiva. Ésta varió de un nivel del 55% en el año 2002 al 77% en el 2007, generando una disminución de la desocupación del 21.75% al 8.18%. A partir del año 2005 comienzan a haber signos (según los datos publicados por el INDEC) de una tendencia sostenida al aumento de precios. En un principio, la inflación es un síntoma de reactivación de la economía, pero recordando los antecedentes que se registran en la memoria de la sociedad Argentina, si ésta no se controla las consecuencias pueden llegar a ser críticas. Como motivos o factores que generen esté aumento sostenido de precios, se pueden enumerar varios, los cuales en algún momento estuvieron presentes en las épocas inflacionarias que ya ha transitado esta nación. Cada uno de ellos tuvieron una ponderación diferente acorde al contexto macroeconómico e internacional de ese momento, pero hay uno en particular que siempre estuvo presente: “la desconfianza en la moneda nacional” Es habitual o “normal” escuchar a nuestros abuelos, padres, compañeros de trabajo frases como “yo compro dólares y los guardo en la caja de seguridad”; “si te sobran unos pesos compra dólares”; “toda mi vida ahorré en dólares y jamás me equivoque”, entre otras. ¿De dónde viene la desconfianza en la moneda nacional por parte de la sociedad Argentina? ¿Qué papel juega, en la inflación actual, que la sociedad haya aprendido a tener desconfianza en la moneda nacional? ¿Es posible que la inflación actual tenga como componente adicional las conductas aprendidas por parte de la sociedad, a lo largo de los años, en las sucesivas crisis? El aprendizaje social, también conocido como aprendizaje vicario, observacional, modelado o aprendizaje cognitivo social está basado en una situación social en la que al menos participan dos personas: el modelo, que realiza una conducta determinada y el sujeto que realiza la observación de dicha conducta; esta observación determina el aprendizaje social, donde el que aprende no recibe refuerzos sino que este recae en todo caso en el modelo; aquí el que aprende lo hace por imitación de la conducta que recibe el refuerzo (es decir, el modelo). Esta teoría fue postulada por Albert Bandura quien consideró que la teoría del conductismo con énfasis sobre los métodos experimentales (la cual se focaliza sobre las variables que pueden observarse, medirse y manipular y que rechaza todo aquello que sea subjetivo, interno y no disponible) era un poco simple para el fenómeno que se encontraba estudiando (agresión adolescentes) por lo que decide indagar más. Bandura analiza el aprendizaje a través de la observación y del autocontrol y da una importancia relevante al papel que juegan los medios. Éstos pueden aparecer como modelos de referencia, con un efecto de acentuar comportamientos en etapas de mayor observación cognitiva, como es la infancia y la juventud. Es allí donde Albert Bandura acepta que los humanos adquieren destrezas y conductas de modo operante e instrumental rechazando así que nuestro aprendizaje sea explicado mediante el modelo conductista. Pone de relieve como en la observación y la imitación intervienen factores cognitivos que ayuden al sujeto a decidir si lo observado se imita o no, también considerando un modelo social significativo. Comprender como los distintos factores macroeconómicos y sociales influyen en la economía Argentina en el período 2005 a la actualidad es la finalidad de la presente tesis, en donde se desarrollará los conceptos de inflación, los tipos, las diferentes corrientes y los conceptos de sociología como aprendizaje social, comportamiento sociológico y elección, con el fin de poder encontrar el nexo que los une, en uno de los factores que agrava la inflación, que es “la desconfianza en la moneda nacional” y el efecto que este produce.
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spelling I28-R145-1502-1264_SpiritoCE_oai2022-08-09 Spirito, Christian Emmanuel 2014 La inflación se caracteriza por el aumento sostenido en el nivel general de precios, cuyas características fundamentales son la persistencia en el tiempo y la generalidad. Una de las formas de medirla, es mediante el índice de precios al consumidor (IPC), que en nuestro país elabora el INDEC. El IPC mide la variación de precios a través del tiempo, de un conjunto fijo (canasta) de bienes y servicios que representan el consumo de una población en un área geográfica determinada. Keynes sostenía que la moneda no tenía más importancia que por lo que permitía adquirir. Así, una modificación de la unidad monetaria que se aplica uniformemente y afecta a todas las transacciones de una misma manera no tiene consecuencias. Sin embargo, la modificación del valor de la moneda, es decir, un cambio del nivel de precios, importa a la sociedad en el momento en que su incidencia se manifiesta de manera desigual. O sea, alterando los precios relativos. La objeción que con más frecuencia se hace a la inflación es que efectúa una redistribución injusta de la renta y las riquezas. Los que perciben ingresos fijos en su valor nominal (intereses, pago de seguro social, pensiones, etc.), son los más perjudicados. Otra consecuencia negativa de este flagelo es que desestimula al ahorro, es decir, que las expectativas de una posible inflación originan un aumento en el consumo o una baja del ahorro en moneda local. En los últimos años de la década de los ’80 como en casi toda la segunda mitad del siglo XX, la preocupación principal de los economistas argentinos como del público en general era la inflación. El aumento sostenido de precios forma parte de la realidad económica Argentina desde mediados de los años 40, con varios períodos de elevada inflación a tasas superiores al 100% anual y también con intervalos de estabilidad relativa –algunos bastantes prolongados. También existieron períodos con situaciones hiperinflacionarias, particularmente en los años 1989 y 1990, cuando los índices anuales de variación de precios superaron el 1.000%. La economía Argentina comenzó un nuevo ciclo económico en 1998, cuando ya se podían percibir claros signos de su deterioro, ingresando en una etapa de características recesivas. Ésta concluyó en el 2002 con el fin de la convertibilidad, medida adoptada en 1991 para controlar la hiperinflación previamente nombrada en ese período. La segunda etapa, que denominaremos expansiva, se extiende hasta el año 2007, en donde se puede ver un incremento notable de la utilización de la capacidad productiva. Ésta varió de un nivel del 55% en el año 2002 al 77% en el 2007, generando una disminución de la desocupación del 21.75% al 8.18%. A partir del año 2005 comienzan a haber signos (según los datos publicados por el INDEC) de una tendencia sostenida al aumento de precios. En un principio, la inflación es un síntoma de reactivación de la economía, pero recordando los antecedentes que se registran en la memoria de la sociedad Argentina, si ésta no se controla las consecuencias pueden llegar a ser críticas. Como motivos o factores que generen esté aumento sostenido de precios, se pueden enumerar varios, los cuales en algún momento estuvieron presentes en las épocas inflacionarias que ya ha transitado esta nación. Cada uno de ellos tuvieron una ponderación diferente acorde al contexto macroeconómico e internacional de ese momento, pero hay uno en particular que siempre estuvo presente: “la desconfianza en la moneda nacional” Es habitual o “normal” escuchar a nuestros abuelos, padres, compañeros de trabajo frases como “yo compro dólares y los guardo en la caja de seguridad”; “si te sobran unos pesos compra dólares”; “toda mi vida ahorré en dólares y jamás me equivoque”, entre otras. ¿De dónde viene la desconfianza en la moneda nacional por parte de la sociedad Argentina? ¿Qué papel juega, en la inflación actual, que la sociedad haya aprendido a tener desconfianza en la moneda nacional? ¿Es posible que la inflación actual tenga como componente adicional las conductas aprendidas por parte de la sociedad, a lo largo de los años, en las sucesivas crisis? El aprendizaje social, también conocido como aprendizaje vicario, observacional, modelado o aprendizaje cognitivo social está basado en una situación social en la que al menos participan dos personas: el modelo, que realiza una conducta determinada y el sujeto que realiza la observación de dicha conducta; esta observación determina el aprendizaje social, donde el que aprende no recibe refuerzos sino que este recae en todo caso en el modelo; aquí el que aprende lo hace por imitación de la conducta que recibe el refuerzo (es decir, el modelo). Esta teoría fue postulada por Albert Bandura quien consideró que la teoría del conductismo con énfasis sobre los métodos experimentales (la cual se focaliza sobre las variables que pueden observarse, medirse y manipular y que rechaza todo aquello que sea subjetivo, interno y no disponible) era un poco simple para el fenómeno que se encontraba estudiando (agresión adolescentes) por lo que decide indagar más. Bandura analiza el aprendizaje a través de la observación y del autocontrol y da una importancia relevante al papel que juegan los medios. Éstos pueden aparecer como modelos de referencia, con un efecto de acentuar comportamientos en etapas de mayor observación cognitiva, como es la infancia y la juventud. Es allí donde Albert Bandura acepta que los humanos adquieren destrezas y conductas de modo operante e instrumental rechazando así que nuestro aprendizaje sea explicado mediante el modelo conductista. Pone de relieve como en la observación y la imitación intervienen factores cognitivos que ayuden al sujeto a decidir si lo observado se imita o no, también considerando un modelo social significativo. Comprender como los distintos factores macroeconómicos y sociales influyen en la economía Argentina en el período 2005 a la actualidad es la finalidad de la presente tesis, en donde se desarrollará los conceptos de inflación, los tipos, las diferentes corrientes y los conceptos de sociología como aprendizaje social, comportamiento sociológico y elección, con el fin de poder encontrar el nexo que los une, en uno de los factores que agrava la inflación, que es “la desconfianza en la moneda nacional” y el efecto que este produce. 1502-1264_SpiritoCE http://bibliotecadigital.econ.uba.ar/econ/collection/tpos/document/1502-1264_SpiritoCE Inflación Moneda Reservas monetarias La desconfianza en la moneda nacional: la inflación y el aprendizaje sociológico http://repositoriouba.sisbi.uba.ar/gsdl/cgi-bin/library.cgi?a=d&c=tpos&d=1502-1264_SpiritoCE_oai