Narcos, políticos y medios de comunicación en Rosario, República Argentina

El narcotráfico en la ciudad de Rosario tiene nexos que lo comunican con México, el país que parece ser el epicentro centrífugo del narcotráfico en América Latina. La tendencia internacional es ver a este país como un campo de batalla en el que el Estado libra un combate contra los grupos delict...

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Detalles Bibliográficos
Autores principales: Rubio, Joanna, Emmerich, Norberto Tomás
Formato: Working Paper
Lenguaje:Inglés
Publicado: Universidad de Belgrano. Departamento de Investigaciones. Documentos de Trabajo, Facultad de Estudios para Graduados 2014
Materias:
Acceso en línea:http://repositorio.ub.edu.ar/handle/123456789/2449
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Descripción
Sumario:El narcotráfico en la ciudad de Rosario tiene nexos que lo comunican con México, el país que parece ser el epicentro centrífugo del narcotráfico en América Latina. La tendencia internacional es ver a este país como un campo de batalla en el que el Estado libra un combate contra los grupos delictivos y, de una manera muy mexicana, contra sí mismo. Pero el fenómeno del narcotráfico no se puede comprender desde una exclusiva perspectiva localista y nacional. Es necesario establecer un vínculo exhaustivamente estudiado sobre las condiciones internacionales que permiten su supervivencia y expansión. En el sur de nuestro continente encontramos uno de los ejemplos más esclarecedores de la tendencia expansiva del narcotráfico, en la República Argentina. La Ciudad de México está separada de Buenos Aires por una distancia de 7392 kilómetros aunque las redes de narcotráfico creadas en Sinaloa por Joa-quín Guzmán Loera, “el Chapo”, se extienden sin dificultades hasta la región noroeste de la Argentina, específicamente a las provincias de Chaco, Formosa, Misiones y Santa Fe. La razón de que los carteles mexicanos busquen hacer negocios en Sudamérica obedece a una lógica de diversificar posiciones y minimizar riesgos, además de aprovechar la efedrina y la pseudoefedrina de la industria farmacéutica argentina. Bajo esta lógica no sólo se ha establecido una incipiente base patrimonial y productiva del cartel de Sinaloa en el noroeste de Argentina sino que también hay atisbos de presencia de los Zetas en Córdoba y Santa Fe. En contraposición con los carteles colombianos que tenían presencia en el norte de Argentina desde la década de 1990, los carteles mexicanos iniciaron una clara expansión a partir del reciente año 2007.