El constitutivo esencial de la persona

Resumen: Podríamos decir que la persona, genéricamente hablando es la hipóstasis o ser subsistente, es decir, un ser que existe en sí mismo o subsiste como una totalidad, sin comunicación o composición ontológica con otro ser. Dicho de un modo negativo, la hipóstasis o ser subsistente -que se rela...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Derisi, Octavio Nicolás
Formato: Artículo
Lenguaje:Español
Publicado: Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras 2022
Materias:
Acceso en línea:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/14335
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Descripción
Sumario:Resumen: Podríamos decir que la persona, genéricamente hablando es la hipóstasis o ser subsistente, es decir, un ser que existe en sí mismo o subsiste como una totalidad, sin comunicación o composición ontológica con otro ser. Dicho de un modo negativo, la hipóstasis o ser subsistente -que se relaciona con la persona como el género con la especie- es un ser que no existe en otro ni con otro, sino total y exclusivamente en sí mismo. En razón de esta noción genérica, la persona no puede constituirse como una modificación accidental de otro ser -no es un ser en otro-, ni tampoco puede ser una parte de un todo substancial, no puede ser una substancia incompleta, como es la materia primera o la forma substancial -no es un ser que existe con otro-. Consiguientemente, la persona comienza por ser una substancia completa -simple o compuesta- totalmente en sí misma. Precisamente por ser unidad substancial completa y total es subsistente, o sea, existe totalmente en sí misma, sin necesidad de otro ser con quien o en quien existir, en otros términos, es una substancia antológicamente incomunicable. Sin esta substancia completa e incomunicable e incomunicada en su ser, no hay hipóstasis o substancia completa subsistente y, por ende, tampoco persona. Esta noción y realidad de substan