Sobre el golpe de suerte. Ensueños de ascenso social

Una sociedad estructurada en clases permite a sus miembros el ascenso y descenso –viaje ansiado y temidopor la pirámide de la jerarquía social. La tendencia al ascenso por la estructura arborescente de lo social ha sido una de las características de la sociedad argentina, una sociedad que prome...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Vilker, Shila
Formato: Artículo revista
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales 2008
Materias:
Acceso en línea:http://www.ridaa.unicen.edu.ar/xmlui/handle/123456789/705
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Descripción
Sumario:Una sociedad estructurada en clases permite a sus miembros el ascenso y descenso –viaje ansiado y temidopor la pirámide de la jerarquía social. La tendencia al ascenso por la estructura arborescente de lo social ha sido una de las características de la sociedad argentina, una sociedad que prometía y que indicaba las promociones y las esperanzas en fraseologías compactas que muchas veces oscilaban entre mandatos y descripciones objetivas de la vida social. “Mi hijo el dotor” fue, para toda una generación de inmigrantes y primera generación de argentinos, más que una promesa, un indicador de ascenso y cambio social. La Argentina de los últimos tiempos ha cambiado esta imaginería que suponía que las generaciones venideras estarían en mejores condiciones que las precedentes. Esta transformación obedece a la depresión y al repliegue del ingreso en pocas manos. Sin embargo, más allá de esta evidencia que puede constatarse a través de un estudio diacrónico, la promesa del ascenso social sigue operando en la imaginación social –al menos para cierto espectro de la población; en eso consiste una sociedad que se estructura en clases de modo eficiente. En este sentido, si bien los ascensos concretos, y sobre todo los vertiginosos, siempre fueron para unos pocos, la promesa resulta mucho más democrática: en una sociedad de clases, no hay quien no mire a la que está un poco más arriba con cierta secreta envidia y quien no fantasea con acceder a ciertos consumos y objetos que son sólo asequibles a los que se encuentran mejor ubicados en la estructura social. La fantasía del golpe de suerte o de fortuna, de la “pegada”, del azar que trastoca destinos, es de cabo a rabo un ensueño popular, expansivo y profundamente democrático. Se acentúa allí donde hay menos posibilidades de progreso y encarna, en cierto sentido, una restitución imaginaria que altera y pone patas para arriba los ordenamientos sociales –que, en particular en los últimos años de nuestro país, se han tornado rígidosy, más aún, operará una imaginaria distribución de la riqueza. Lo que trataremos de ensayar, entonces, será una reflexión en torno al modo en que se despliega la economía del ensueño de ascenso social, sobre todo de aquel que se emparenta con el golpe de suerte en los sectores populares urbanos de la Argentina. Para ellos nos valdremos de fragmentos del acervo popular, pues creemos que él permitirá iluminar el modo en que se mixtura y se articula sueño y realidad. Párrafo extraído del debate a modo de resumen.