El instante eterno. Sobre las fotografías del Campo S-21 en Camboya

A lo largo de sus diversos estadios, todo régimen genocida construye un imaginario. Éste no sólo se hace carne en la propaganda o en políticas concretas sino también en el señalamiento y, sobre todo, en los cuerpos del enemigo a aniquilar. En consonancia, en todo genocidio, una de las primeras et...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Zylberman, Lior
Formato: article artículo publishedVersion
Lenguaje:Español
Publicado: Escuela de Antropología. Facultad de Humanidades y Artes.Universidad Nacional de Rosario 2018
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/2133/12430
http://hdl.handle.net/2133/12430
Aporte de:
Descripción
Sumario:A lo largo de sus diversos estadios, todo régimen genocida construye un imaginario. Éste no sólo se hace carne en la propaganda o en políticas concretas sino también en el señalamiento y, sobre todo, en los cuerpos del enemigo a aniquilar. En consonancia, en todo genocidio, una de las primeras etapas se caracteriza por la construcción de un otro negativo, de una víctima propiciatoria, que funcionará, al mismo tiempo, como instrumento para cimentar la unidad del grupo en el poder. Entre los años 1975 y 1979, en la Kampuchea Democrática tuvo lugar un genocidio que se calcula se llevó la vida de casi 1.700.000 personas. El gran paso hacia adelante promovido por los Jemeres Rojos convirtió muy pronto a todo el país en un gran cementerio. En ese contexto, se resalta el centro de tortura S-21, lugar donde fueron asesinadas, al menos, 14.000 personas. Nuestro trabajo, entonces, se propone analizar el uso de la fotografía en dicho centro a fin de observar el papel que tuvo ese dispositivo en la construcción imaginaria genocida y en la marcación del enemigo.